Los mandalas tienen su origen en las culturas orientales. Los monjes tibetanos elaboraban mandalas como un ritual para reestablecer el orden después de la guerra. Partiendo de este aspecto sanador Carl Gustav Jung,  el conocido psicólogo, encontró en el diseño de mandalas una forma de terapia para el reconocimiento del propio yo, así como un recurso para la gestión emocional.

El psicólogo analítico, afirma que los mandalas “Khil Khor”, son encriptados diseños procedentes de la cultura budista y pueden ser una herramienta de sanación en los distintos niveles del ser humano; al tiempo en que permiten un acercamiento al conocimiento  personal descifrando el AXIS MUNDI.

Mediante este taller, se propone una forma de “Meditación creativa”, al tiempo en que se gestionan emociones en la medida que se involucra la acción y la   actividad con los colores.  Para ello, se perciben escenas y paisajes, que incluyen como motivo principal las “Heliconias tropicales”,  para expresar con matices y detalles que conmueven a la vez una nueva sensibilidad hacia el mundo, en grandes y pequeños.

Siendo que el ponerle color a los paisajes,  comprende una manera también para acentuar la percepción que tenemos del mundo y considerar desde la imaginación, nuevas formas de recrear la realidad, de explorar el conocimiento que nos rodea desde la experiencia del arte y lo estético.

De esta forma, es como planteamos la “MEDITACIÓN CREATIVA” entorno de trabajo comprendido en la serie de actividades propuestas para este taller; que busca además establecer puentes entre la meditación y la creatividad como partes de  una sucesión cíclica e infinita, en donde lo uno conduce a lo otro. Teniendo como objeto una vida de acción, observación, reflexión constante y consciente sobre nuestros actos y nuestro entorno, posibilitando nuevas formas de percibir y apreciar la vida cotidiana.

Autor: Carlos J. Matus Ariza